Todos los pinos del bosque conspiran para cumplir mi sueño, pero ninguno me marca el camino. Desde cada rama escucho los cantos desafiantes, son decenas de razas, pero no los veo.
El viento pasea las melodías entre los pasillos angostos del pinar. Yo camino en un laberinto, y cada vez me duele más el hombro.
viernes, 26 de febrero de 2010
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